Acudí a él desesperada por los llantos sin consuelo de mi bebé. Solo tenía unas semanas cuando todas las tardes de 7 a 10 de la noche empezaba a llorar, sudaba, le faltaba el aire y hasta ronco se quedaba. Una amiga me aconsejó que buscara un osteopata, y así lo hice. El niño desde la primera sesión cambió, ese dia ya no lloró y los siguientes algo pero muy poco. Conforme pasaron las sesiones se acabaron los llantos por el supuesto cólico del lactante. Recomiendo a todas las que estáis pasando por lo mismo que no dudeis en acudir a él. Un millón de gracias Antonio por dar la tranquilidad a mi bebé.
Por: ruth.peguero.vega@gmail.com
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