Había oído hablar muchas veces a Antonio de cómo trataba en su centro a los bebés con cólico del lactante. Por eso cuando nuestro bebé con apenas 20 días empezó a llorar con ese llanto que no encuentra consuelo por más que quieras aliviarlo, me acordé de él y acudí a su clínica confiando en que podría mejorar la salud de Marcos, como en otras ocasiones había hecho con nuestras diversas dolencias. Esta vez se trataba de nuestro pequeño, que casi a diario pasaba las tardes y las noches llorando y con su barriguilla dura como una piedra. En tres sesiones con Antonio eso cambió por completo, sus llantos desaparecieron y su barriga estaba blandita, desde entonces Marcos está mucho más tranquilo y nosotros más relajados. Desde aquí animo a todos aquellos padres que se encuentran con este problema, que acudan a Antonio porque la osteopatía puede curarlos. Por qué esperar a que pasen los tres primeros meses, cuando su estomago ha madurado, como te dicen los pediatras, pudiendo evitar que lo pasen mal, ellos y nosotros. Una vez más gracias Antonio
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